sobre Comte y la corriente positivista

Publicado en por Fabián D' Urso

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hoy trabajaremos sobre las corrientes que dieron respuestas a la crisis que genero la revolucion industrial.


Sobre los padres de la sociologia
El estímulo para la aparición de la sociología es la llamada Revolución Industrial; mejor, la crisis social y política que dicha transformación económica genera. Con ella aparece un nuevo actor social, el proletariado de las fábricas, vindicador de un nuevo orden social, cuando todavía estaban calientes las ruinas del "ancien Régime" abatido por la Revolución Francesa.


Para dar respuesta a las conmociones que esta presencia señala, en el plano de la teoría y de la práctica social, aparecerán dos vertientes antitéticas:



  • una será la del socialismo -proyectado del plano de la utopía al de la ciencia por Karl Marx-;
  • la otra lo que configura la tradición sociológica clásica.

 



El orden estamental del precapitalismo aseguraba una unificación entre lo social y lo político-jurídico. El capitalismo disolvería esta identidad entre lo público y lo privado y con ello la idea de la armonía de un orden integrado.
La sociología arrancará de este dato para intentar reconstruir las bases del orden social perdido; de aquella antigua armonía sumida ahora en el caos de la lucha de clases.

En ese sentido, nace íntimamente ligada con los objetivos de estabilidad social de las clases dominantes. Su función es dar respuestas conservadoras a la crisis planteada en el siglo XIX.

El positivismo  como ciencia social , a imagen de las ciencias de la naturaleza, debía constituirse positivamente. En realidad su status no sería otro que el de una rama de la ciencia general de la vida, necesariamente autónoma, porque el resto de las ciencias positivas no podía dar respuesta a las preguntas que la dinámica de las sociedades planteaba, pero integrada a ellas por idéntica actitud metodológica.
 
La sociedad, así, será comparable al modelo del organismo. Para su estudio habrá que distinguir un análisis de sus partes -una morfología o anatomía- y otro de su funcionamiento: una fisiología.


Así definía Saint-Simon las tareas de la nueva ciencia:

"Una fisiología social, constituida por los hechos materiales que derivan de la observación directa de la sociedad y una higiene encerrando los preceptos aplicables a tales hechos, son, por tanto, las únicas bases positivas sobre las que se puede establecer el sistema de organización reclamado por el estado actual de la civilización".



Fisiología e Higiene: no pura especulación sino también la posibilidad de instrumentar "preceptos aplicables" para la corrección de las enfermedades del organismo social.


Este positivismo, que exigía estudiar a la sociedad como se estudia a la naturaleza, iba a encontrar su método en el de la biología, rama del conocimiento en acelerada expansión durante el siglo XIX. Para Emile Durkheim, que representa a la sociología ya en su momento de madurez, el modelo que apuntalará a su fundamental Las reglas del método sociológico (1895) será la Introducción al estudio de la medicina experimental (1865) del fisiólogo Claude Bernard.


Pero el positivismo con el que se recubre y virtualmente se confunde el origen de la sociología, tendrá también otro sentido, no meramente referido a la necesidad de constituir el estudio de la sociedad como una disciplina científica.


Positivismo significa también reacción contra el negativismo de la filosofía racionalista de la Ilustración, contemporánea de la Revolución Francesa.


En realidad, los dos significados se cruzaban. La tradición revolucionaria del Iluminismo operaba a través del contraste entre la realidad social tal cual era y una Razón que trascendía el orden existente y permitía marcar la miseria, la injusticia y el despotismo. En ese sentido, en tanto crítica de la realidad, era considerada como una "filosofía negativa".
 

El punto de partida de la escuela positiva era radicalmente distinto. La realidad no debía subordinarse a ninguna Razón Trascendental. Los hechos, la experiencia, el reconocimiento de lo dado, predominaban sobre todo intento crítico, negador de lo real. Hasta aquí, este rechazo del trascendentalismo estimula la posibilidad de un avance del pensamiento científico por sobre la metafísica o la teología. Pero esta supeditación de la ciencia a los hechos implicaba, simultáneamente, una tendencia a la aceptación de lo dado como natural.


La sociedad puede incluir procesos de cambio, pero ellos deben estar incluidos dentro del orden. La tarea a cumplir es desentrañar ese orden -es decir desentrañar las leyes que lo gobiernan-, contemplarlo y corregir las desviaciones que se produzcan en él. Así, todo conflicto que tendiera a destruir radicalmente ese orden debía ser prevenido y combatido, lo mismo que la enfermedad en el organismo.

Con esta carga ideológica nace la sociología clásica. En la medida en que busca incorporar a la ciencia el estudio de los hechos sociales por vía del modelo organicista, desnuda su carácter conservador. Este rasgo incluye a todos sus portavoces, aunque existan ecuaciones personales o culturales que diferencien a cada uno. Entre esas diferencias culturales importantes -porque marcarán derroteros distintos dentro de una misma preocupación global- están las que separan a la tradición ideológica alemana de la francesa.

  • Max Weber será la culminación de la primera y
  • Emile Durkheim de la segunda.

Comte

Comte no hace más que resumir ideas ya circulantes en su tiempo e integrarlas a un discurso pomposamente "totalizador". Sin Saint-Simon y sus intuiciones quedaría muy poco de Comte, cuya tarea fundamental consistió en depurar al saintsimonismo de sus tensiones utopistas y enfatizar sus contenidos conservadores.
 
El objetivo de sus trabajos -Curso de filosofía positiva (1830-1842) y Sistema de política positiva (1851-1854)- es contribuir a poner orden en una situación social que definía como anárquica y caótica, mediante la construcción de una ciencia que, en manos de los gobernantes, pudiera reconstruir la unidad del cuerpo social.

Comte incorpora a su discurso la idea de la evolución y del progreso, pero, en tanto conservador, suponía que los cambios debían estar contenidos en el orden. La sociedad debía ser considerada como un organismo y estudiada en dos dimensiones, la de la Estática Social (análisis de sus condiciones de existencia; de su orden) y la de la Dinámica Social (análisis de su movimiento; de su progreso).


Orden y Progreso se relacionan estrechamente.



  El primero es posible sobre la base del consenso, que asegura la solidaridad de los elementos del sistema.
  El segundo, a su vez, debe ser conducido de tal manera que asegure el mantenimiento de la solidaridad, pues de otro modo la sociedad se desintegraría.

En realidad, la idea de evolución es la del desarrollo sucesivo de un principio espiritual de acuerdo con el cual la humanidad pasaría por tres etapas, la teológica, la metafísica y la positiva.



Esta última sería capaz de sintetizar los polos de orden inmóvil y de progreso anárquico que caracterizaron a las dos primeras etapas.


La etapa positiva marcaría según Comte la llegada al estado definitivo de la inteligencia humana y colocaría, en una nueva categorización jerárquica de las ciencias, a la sociología en la cima de ellas.
 

La sociología o física social, esto es,

"la ciencia que tiene por objeto el estudio de los fenómenos sociales considerados con el mismo espíritu que los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento es el objeto especial de investigación".


Tal conocimiento permitiría a los gobernantes acelerar el progreso de la humanidad dentro del orden. La nueva política positiva sólo podría ser aplicada por una élite autoritaria; así, Comte habría de enviar su libro al zar Nicolás I de Rusia, "jefe de los conservadores de Europa", señalándole que sus teorías estaban básicamente pensadas para la autocracia. El mismo Comte se autoproclamó, hacia el final de sus días, como el papa de una nueva religión, la positiva.



La vinculación al positivismo, verdadero punto de arranque de la sociología clásica, con los intereses políticos de quienes buscaban conservar el orden social, será todavía más clara en Herbert Spencer (1820-1903). Su obra coincide con el esplendor victoriano, es decir, con la consolidación de su país, Gran Bretaña, como potencia hegemónica mundial.

Spencer fue mucho más positivista -en el sentido de intentar aplicar a lo social el método científico-natural- que Comte, a quien incluso atacó. Para Spencer no existían diferencias metodológicas en el estudio de la naturaleza y de la sociedad. El principio que unificaba ambos campos era el de la evolución; las leyes de la misma, propuestas por la biología, eran universalmente válidas. Es notorio que detrás de Spencer están las teorías de Darwin, quien publica El origen de las especies en 1859, tres años antes de que comiencen a aparecer los copiosos tratados de Spencer, diez volúmenes que abarcan la sociología, la psicología, la ética y la biología.


La teoría de Spencer no hace más que consagrar triunfalmente el predominio del capitalismo libreempresista y la influencia imperialista británica. Tiene una postura individualista y ademas toma de Darwin el principio de la supervivencia de los más aptos y los traslada al campo social para justificar la conquista de un pueblo por otro. Partidario extremo del laissez faire propugna la desaparición de toda intervención estatal: uno de sus libros (1884) se llama El hombre contra el Estado.
Esto marca, ciertamente, una separación radical del paternalismo político comtiano; a diferencia de éste, Spencer señalaba que la sociología debía demostrar que los hombres no debían intervenir sobre el proceso natural de las sociedades.
Paradojalmente, esta ciencia spenceriana, que de manera transparente no era otra cosa que la con- ciencia de las clases dominantes británicas de su tiempo, influyó considerablemente sobre élites de sociedades dependientes, como la propia argentina de fines de siglo.


EN SINTESIS


No es difícil establecer las vinculaciones estrechas que existen entre los problemas de la sociedad francesa y la teoría de Comte o la era victoriana en Inglaterra y los principios de Spencer.

(extraido apuntes de clase catedra Ferraro,M.A.

Espero comentarios

Fabián

 

 

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A
El párrafo del subtítulo Orden y Progreso, ¿es sobre el pensamiento de Comte acerca de esos conceptos? o es algo dicho por el autor del texto ?
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A
1)En el comienzo se habla sobre el surgimiento de la Sociología como respuesta a la Revolución Industrial, y después se plantean dos corrientes: el socialismo y la sociología clásica.. ¿Ambos<br /> parten de la Sociología?<br /> 2)¿Son lo mismo Sociología y Sociología Clásica?
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